Hugo Castro / Corporación Teméride
Pereira / 04 / 22 / 2022 /- Acceder al agua potable es un derecho consagrado constitucional y naturalmente. A modo de ejemplo, la sentencia t23-18 pone por encima de las barreras administrativas de los prestadores de servicios públicos el uso de este recurso para vivir digna y sanamente.
Casi todos supravaloramos como si fuera novedad el acceso al agua y, aún más, la enseñanza – aprendizaje sobre el lavado de manos durante y post pandemia, priorizando cuidados exclusivos por el evento Covid-19. Sin embargo, pensar en los “sin techo” y sin acceso a fuentes de agua avivó un gran cuestionamiento a las responsabilidades de los gobiernos en la garantia de derechos para su acceso.
El Covid-19 nos invita a pensar aún en riesgos y derechos en salud de poblaciones “priorizadas” por su vulnerabilidad (Léase Art 6 Ley 1751 De 2015), marginación, estigma y discriminación, pero también la relación medio ambiente – salud. Aproximadamente 12,6 millones de muertes al año se deben a riesgos ambientales para la salud prevenibles, los cuales representan el 23% de la carga de morbilidad mundial. Esto incluye una gran y creciente carga de enfermedades no transmisibles provocadas, entre otros factores, por la contaminación del aire y la urbanización poco sostenible, así como los riesgos constantes que representan las enfermedades infecciosas relacionadas con el agua, el saneamiento y los vectores y los riesgos emergentes provocados por el cambio climático[1].
¿Qué pasa en Dosquebradas?
En un escenario como este se ubican cerca de 1.100 personas sin techo, red de apoyo y precaria respuesta institucional en salud y protección social, deambulantes en la conurbación Pereira Dosquebradas.
Sabido es por las autoridades locales en salud que la habitanza en calle y la tuberculosis como enfermedad pulmonar se han confabulado desde hace mucho tiempo. La tuberculosis (TB) afecta a muchas de las mismas personas en riesgo de contraer COVID-19: personas con enfermedades autoinmunes subyacentes o enfermedades respiratorias crónicas, personas que no pueden pagar o acceder a la atención médica, personas en lugares cerrados e higiene deficiente como prisiones, barrios marginales y campamentos de refugiados.[2].
La infección de TB en países de ingresos medios y bajos -como Colombia- oscila entre 2 y 10 %[3]; es una amenaza en pacientes con VIH.
Los sin techo padecen muchos males. Las afectaciones en salud de la población habitante de calle más documentadas son: el VIH/sida[4], la Tuberculosis, las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), los trastornos en la Salud Mental y trastornos por consumo de sustancias psicoactivas (en mucho menor grado). No obstante, se han identificado otras que revisten importancia como las afecciones de la piel, las enfermedades gastrointestinales, la desnutrición, los problemas de salud oral y las hepatitis virales[5] – [6].
Desde la relación derechos -medio ambiente – salud promovemos el acceso al agua potable para su uso obligatorio en procura de la higiene y el autocuidado ante diferentes eventos que afectan a la población que habita la calle y usa drogas. Las redes de trabajo que se tejen desde nuestras actividades comunitarias motivan el cuidado de fuentes hídricas, la instalación de lavamanos portátiles y el acceso a servicios sanitarios básicos para el aseo y cuidado personal.
Se requieren servicios de asistencia básica
Como organización de derechos humanos en el plan operativo de la política pública para habitantes de calle del municipio de Pereira, reclamamos la ampliación de albergues y servicios de asistencia básica que incluyan espacios limpios, dotados de servicios públicos y sin ningún tipo de barrera, que aporten a una sana convivencia y cuidado de la salud.
Pereira carece de hogares de paso, olvidó las instalaciones sanitarias de los puentes de la carrera 9 y 10. Los habitantes de calle no cuentan baños públicos salvo si acceden a los albergues limitados en número (1 urbano y 1 rural) y capacidad física.
Dosquebradas carece de estos servicios sanitarios públicos para personas que habitan la calle y a la fecha ni siquiera cuenta con un albergue. Algunos fontaneros vencieron el mito de la gente no cuida, fueron testigos del adecuado uso de lavamanos artesanales anclados a las acometidas de las fuentes de agua de los acueductos comunitarios en los barrios Divino Niño -en la comuna 9- y San Diego Guadualito -en la Comuna 8-.
Sin una gota de agua potable es imposible reducir las infecciones en piel que pueden llegar al torrente sanguineo, la enfermedad gastrointestinal, la trasmision de la hepatitis A. Es imposible una adecuada higiene de manos, hidratarse, lavar alimentos para la ingesta diaria, hacer frente a un golpe de calor[7].
Los albergues son necesarios para el cuidado de la salud de las personas que habitan la calle a cambio de las laderas de quebradas, caños y ríos, rellenos sanitarios, lotes baldíos y guaduales, paga diario y residencias en hacinamiento.
Somos seres de agua. Cerebro, pulmones, riñones, huesos y sangre contienen entre el 75 y 95% de agua. Somos un diminuto canal que hace viable el ciclo hidrológico y nos conecta con todo el ecosistema. Los “usos” otorgados al agua y su acceso trazan un continuo – aunque finito caudal – que marca la diferencia entre la vida, la salud, la enfermedad y la muerte.
[1] https://www3.paho.org/hq/index.php?option=com_content&view=article&id=13378:health-environment-in-age-of-sustainable-development&Itemid=42354&lang=es
[2] https://news.trust.org/item/20200323132125-7afco/
[3] http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-34662018000400153
[4] La incidencia de VIH/Sida en Colombia se ha duplicado en los últimos 10 años, las más altas se presentan en adolescentes y jóvenes. Risaralda es uno de los departamentos que se encuentra por encima de la incidencia nacional para VIH y hepatitis C registrando altas prevalencias en personas que se inyectan drogas.
[5] Decreto de 2019, Por el cual se adopta la Política Pública Social para Habitantes de la Calle y se crea una Comisión Intersectorial para su implementación”
[6] https://az659834.vo.msecnd.net/eventsairaueprod/production-ashm-public/61be7f464cd04d3fb4928cf39f4aba66
[7]Recomiendo el manual técnico Aguanta Cuidarse del Ministerio De Salud y Protección Social Este documento fue laborado por la Corporación Acción Técnica Social en el marco del Convenio 519 de 2015, suscrito entre el Ministerio de Salud y Protección Social y la Organización Panamericana de la Salud, y actualizado para su publicación por el equipo técnico del Ministerio de Salud y Protección Social en el año 2020.