La Mesa
Pereira / 09 / 20 / 22 – Con el propósito de compartir experiencias en la reducción de riesgos y daños asociados al consumo de sustancias psicoactivas (SPA), seis organizaciones que trabajan con personas que consume SPA se reunieron en la ciudad de Medellín, en mayo de 2022.
En el encuentro participaron las corporaciones Surgir (Medellín), Consentidos (Cúcuta), Teméride (Pereira y Dosquebradas), Viviendo (Cali) y la Asociación Bienestar y Desarrollo de Barcelona (ABD). Estas organizaciones hacen parte de la Red Americana de Intervenciones en Situaciones de Sufrimiento Social (RAISS- Colombia).
Encuentro de las organizaciones que hacen parte de la red RAISS – Colombia, en la sede de la Corporación Surgir / Medellín, mayo 4 y 5 de 2022.
El espacio de diálogo e intercambio se convocó desde la Corporación Surgir y ABD, en el marco del proyecto Metodologías Transnacionales de Reducción de Daños y Abordajes Comunitarios (TRANS-MET), que se adelanta con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid.
Al cierre del encuentro, las organizaciones divulgaron un documento de posicionamiento acerca de la reducción de riesgos y daños en Colombia, en el cual manifiestan recomendaciones para que el enfoque de ese trabajo se implemente como una práctica regular, con estándares de calidad que contribuyan a mejorar la calidad de vida de las personas que consumen sustancias psicoactivas.
¿Qué señalan las organizaciones?
El documento de posicionamiento comparte distintas recomendaciones respecto de la reducción de riesgos y daños. Este artículo comparte algunas. El documento completo está disponible para descarga (PDF) en el cierre de la nota.
Las organizaciones reconocen el trabajo que se ha desarrollado en los últimos 10 años para la atención integral del consumo, especialmente en el llamado ´consumo de alto impacto`, con la reducción de riesgo y daños.
Señalan que el consumo abusivo de SPA está vinculado a situaciones de sufrimiento social y que el trabajo de las organizaciones ha facilitado evidencia para transformar el paradigma frente a la atención del consumo, entendiendo el fenómeno como un tema de salud pública y priorizando la salud física y mental de la persona. Esto significa un cambio en el enfoque prohibicionista y punitivo de la lucha contra las drogas, que permite avances en el tratamiento de la dependencia como un asunto de salud mental, a la vez que ayuda a reducir el estigma, la discriminación y la exclusión social.
Prácticas que se pueden mejorar
En las nueve prácticas que el documento de posicionamiento señala para mejorar se encuentran:
- El consumo de heroína y otras drogas inyectadas requiere atención diferenciada en los servicios de salud, desde un enfoque de derechos humanos y reducción de riesgos y daños que evite las barreras de acceso, no vulnere la integridad de las personas que consumen esas drogas o condicione el acceso a servicios sociales o de salud.
- El consumo de heroína por vía inyectada requiere estrategias de atención adaptadas a los contextos, las necesidades de las personas y su entorno más próximo, teniendo en cuenta que el consumo se da a cielo abierto e implica múltiples riesgos y efectos en la salud.
- Se debe tener en cuenta a las personas venezolanas en condición de movilidad afectadas por el consumo de SPA que no han sido tamizadas en Colombia y que tienen un diagnóstico previo de enfermedades transmisibles, pues varias de ellas han abandonado sus tratamientos debido a que la ruta de atención para la población en movilidad no regulada no es clara y tampoco garantiza el acceso a servicios básicos.
- Se necesita dar un enfoque de género a las intervenciones que los dispositivos comunitarios ofrecen a personas en condición de habitabilidad en calle y usuarias de SPA, ya que cada género tiene sus particularidades, necesidades y distintas formas de vivir en la calle.
Organizaciones sociales de Pereira que trabajan en VIH se reunieron para dialogar sobre el consumo de SPA y la reducción de riesgos y daños.
El punto de vista estratégico y diferenciado
Las organizaciones que suscriben el documento de posicionamiento consideran que el país requiere las siguientes acciones sostenidas para distintas poblaciones, según el tipo de consumo:
- Participación de la sociedad civil en espacios de comités de drogas en diferentes niveles para generar respuestas.
- Servicios de análisis de sustancias en espacios de ocio enmarcados dentro de estrategias para la reducción de riesgos y daños basadas en el autocuidado y consumos controlados.
- Acciones educativas para promover prácticas de consumo menos riesgosas.
- Implementación de Zonas de Orientación Escolar (ZOE) y Zonas de Orientación Universitaria (ZOU).
- Acceso a información real que contribuya a la prevención y que permita la toma de decisiones.
- Realizar acciones de prevención selectiva e indicada para población en riesgo de consumir SPA.
- Observatorios de estigma y autoestigma, abordando no solo a los usuarios sino a los estigmatizadores.
- Participación de la sociedad civil en espacio de comités de drogas en diferentes niveles para generar respuestas
- Dispositivos comunitarios barriales que posibiliten el acceso a servicios de mayor complejidad y atiendan las necesidades emergentes.
- Desarrollar estrategias de reducción de riesgos que mitiguen afectaciones en la salud y, a su vez, prevengan tránsitos a consumos de mayor impacto.
- Observatorios de estigma y autoestigma, abordando no solo a los usuarios sino a los estigmatizadores.
- Participación de la sociedad civil en espacios de comités de drogas en diferentes niveles para generar respuestas.
- Centros de uso de SPA supervisado .
- Desarrollar más programas de sustitución para usuarias de opioides
- Dispensar y facilitar el acceso de naloxona en entornos comunitarios para la prevención de muertes por sobredosis de opiáceos desde un marco de protección social.
- Acceso a tratamientos para la superación de las conductas adictivas.
- Fortalecer la articulación de programas de asistencia social y de salud para garantizar atenciones integrales y diferenciadas, facilitar derivaciones y garantizar atención a salud física y mental.
- Incluir en los programas a todos las personas que usan drogas y no solo a los que se inyectan drogas.
- Diseñar y ejecutar programas de reducción de daños en cárceles.
- Diseñar estrategias viables, y al alcance de los usuarios de drogas, que brinden o fortalezcan conocimientos para el manejo de las sobredosis.
- Desarrollar estrategias de abordaje integral a personas que se inyectan drogas a fin de prevenir o brindar tratamiento oportuno a diagnósticos de VIH, hepatitis virales, entre otras.
- Ejecutar estrategias de distribución y recolección de parafernalia para consumo de drogas inyectables con menor riesgo.
- Actividades de educación para la salud.
- Acercar servicios de asistencia básica a las poblaciones más vulnerables a fin de garantizar el acceso a las mismas.
- Diseñar e implementar rutas de atención integral enfocadas en la atención a mujeres usuarias de drogas víctimas de violencias basadas en género que requieran protección.
- Observatorios de estigma y autoestigma, abordando no solo a los usuarios sino a los estigmatizadores.