Hugo Castro – Alex Bernal / Corporación Teméride
Pereira / 05 / 28 / 22 / – El estigma y la discriminación afectan la garantía de derechos y la participación en el acceso a bienes, servicios y la toma de decisiones. Ambos persisten y determinan en gran medida la calidad de la respuesta social y en salud a grupos vulnerables ante el VIH, las hepatitis, las drogas, la exclusión y la marginalidad.
La palabra estigma (stigma) refiere aquella marca propinada con hierro candente en la piel del esclavo para señalar degradación. Estigma es Marca, con el tiempo rasgo distintivo socialmente acuñado a un individuo o grupo, etiquetado para reducir valor e importancia. Campilay, Monardéz (2021) consideran que el estigma actúa dentro de un proceso social en que existe una estructura de poder, pues la persona se etiqueta, estereotipa, devalúa y discrimina por distintas razones al ser considerado inferior.
La palabra discriminación (lat., discriminare) alude a la práctica social de dar trato desfavorable a quien es estigmatizado. Se asemeja a una separación entre lo aceptable y lo reprochable. Hoy día, mucho entendemos de la discriminación social ejercida igualmente desde una posición de poder a quienes tienen identidad con creencias políticas y religiosas, pertenencia étnica, condición social, conductas y prácticas de riesgo psicosocial y diversidad sexual, todas estigmatizadas.
Para el caso, cuatro ejemplos de estigma y discriminación en algunas situaciones vividas en espacios de trabajo, de paso usted conocerá motivaciones para trabajar en su minimización:
- “Y, no es mejor que esa gente se muera.” {sic}: esta fué la respuesta de la jefe de enfermería de una Empresa Social del Estado encargada de los asuntos de la salud de la conurbación Pereira – Dosquebradas en 2016, cuando la encargada de las acciones psicosociales de la estrategia comunitaria de dispensación de jeringas para personas que se inyectan drogas (PID) procuraba una respuesta diferencial y de calidad que garantizara el acceso y adherencia de las personas a los servicios de salud.
El propósito siempre fue activar las diferentes rutas para alcanzar la mejor atención posible desde los servicios de urgencias médicas, la referencia y contrareferencia en la red de atención primaria y los servicios sociales complementarios que por norma existen en el país.
La frase resaltada hace parte de la representación social que algunos técnicos tienen sobre poblaciones vulnerables sujeto de derechos y la debilidad administrativa para incluir en la agenda de gobierno respuestas y ayudas ajustadas, para dar cumplimiento a compromisos de país, como las metas que procuran que el 95% de personas en riesgo de infección por VIH sean diagnosticadas, el 95% de éstas accedan a tratamiento y el 95% de estas últimas logren la indetectabilidad. - “si a mi me llega un tipo de esos yo no lo atiendo.”{sic}: la delegada por Salud Pública a cargo de velar el aseguramiento en salud de la población pereirana en la reunión de Pasantías -en el programa de dispensación de jeringas en el mismo territorio y año- con representantes de Quindío, Caldas y Antioquia, quienes querían conocer la experiencia para replicar en sus municipios con marcado uso de heroína inyectable.
La frase deja ver quizá la tranquilidad con la que su imaginario (marca) frente a las PID se impone y determina la gestión de la entidad, y la inclusión de una línea de reducción de daño en la respuesta local (práctica discriminatoria), en relación a las cifras de prevalencia en VIH (superiores al 8%) y hepatitis C (superiores al 44%). - “Estos medicamentos son muy costosos para entregarselos a ud {sic}”: médico experto de IPS de atención integral (discriminación) a mujer con coinfección VIH – hepatitis C, vinculada al programa de sustitución de opiáceos. Amparada en la guía de práctica clínica para hepatitis C y desde su criterio (estigma) la paciente no podía acceder al tratamiento para hepatitis C por recibir metadona, situación que desmotiva la adherencia a los servicios y atención integral recomendados desde la evidencia.
Luego, en muchos otros casos, la situación de habitabilidad de calle y la carencia de redes de apoyo impiden la dispensación de medicamentos antivirales. La situación sugiere la gestión del riesgo a cargo del gobierno y desde la perspectiva de la protección social, pero este grupo poblacional no es prioritario. - “El 1.6 % de personas consultadas considera que el VIH se trasmite si se habla con un gay”: Junto a la veeduría Calderon Escarpeta, el 30 de abril realizamos una consulta en parques de la comuna centro de Pereira, sobre las vías de transmisión del VIH, aplicando desde celulares un formulario google.
El 98.4% de las personas consultadas reconoce el contacto con sangre infectada con el virus del VIH como la principal vía. El 1.6% considera que el VIH se trasmite si se habla con un gay. Algunas personas conservan ideas fuerza que reproducen, incrementan o sostienen la exclusión de las personas afectadas por el VIH.
Sorprende aquí las prácticas discriminatorias encarnadas en profesionales que paradójicamente difunden la “humanización de los servicios de salud”.
El mes de marzo cerró con una muerte por sobredosis de opiaceos, sin respuesta al llamado a emergencias 123, que pareciera sólo atiende accidentes de tránsito y por un extraño criterio que aún no ubica a las sobredosis como situación que pone en riesgo o compromete la vida de las personas (PID).
En abril líderes de la comunidad LGBTI rechazaron el homicidio de un miembro de su comunidad en la ciudad de Medellin.
Mayo inició con amenazas de muerte a mujeres transgénero que ejercen trabajo sexual en la Avenida del Río de Pereira, a la altura del puente Mosquera. Al finalizar la segunda semana de mayo, se conoció la muerte violenta de un hombre gay.
Estos hechos propiciaron un Consejo de Seguridad reclamado por diferentes activistas, ante crímenes de odio contra la población sexualmente diversa.
La marca que ponemos sobre quienes piensan, son y actúan diferente augura padecimiento y en última instancia la muerte, eso dicen las verbalizaciones y prácticas resaltadas arriba que no contribuyen a preservar la vida.
Perseverar en este debate hoy es urgente, pertinente y más que oportuno.